Las sesiones claves se
llevaron afecto bajo estricto control de una
docena de testigos se instalaron cintas
magnetofónicas y los respectivos lápices
bolígrafos frente a hojas de papel. Durante dos
sesiones los lápices se movieron, pero la letra
era indescifrable, si bien merecía el hecho que
éstos escribían solos. Durante la tercera sesión
Lina Brady observó espantada, cómo la letra era
clara y precisa, idéntica a la de su padre.
Aparecía un nítido escrito: "Para ti, mi
querida hija, y para todos Uds... de vuestro
padre, padre que siempre quiso comprobar esto.
Gastote".
A
partir de esa sesión -hubo cuatro- Demófilo
comenzó a hablar en estado de trance con una voz
igualmente idéntica a la del fallecido padre. Los
registros de voz quedaron grabados en las
respectivas casetes.
A
pesar de su conmoción, Lina Brady mantuvo la calma
y llevó los escritos a un instituto grafológico en
Urbino. La conclusión de los expertos que
compararon éstos con cartas escritas de puño y
letra por Gastone fue de que ambas letras
provenían de una misma persona: eran idénticas. Lo
mismo pudo comprobarse con el estudio de las
casetes grabadas en las sesiones tercera y cuarta,
y cintas con la voz del padre que poseía Lina.
Conjuntamente con las
conmocionantes constataciones, los testigos
pudieron comprobar una serie de fenómenos
colaterales coexistentes con los ya analizados:
luces blancas u azul pálido se formaban en torno
al médium sombras de aspecto humanoide deambulaban
a cierta distancia de los espectadores a pesar de
permanecer totalmente cerradas puertas y ventanas,
una brisa suave y refrescante envolvía a las
personas. Diversas materializaciones acompañaban
las sesiones, ya que tanto Lina Brady como sus
compañeros de aventura sentían invisibles manos
que suavemente palpaban sus cuerpos. Finalmente
estaba la presencia de diversos raps (tipología),
es decir, claramente se escuchaban golpes en los
muebles y paredes mientras un olor aromático
impregnaba el ambiente.
El
propio Demófilo se sometía a toda clase de
investigaciones, exigía personas con linternas que
recorrieran los rincones durante las sesiones,
sólo solicitaba no le iluminasen la cara. Al igual
que el gran avatar Sri Sathia Sai Baba en la India
(1) Demófilo, Didani materializaba un polvo
tipo ceniza en sus manos (Vibhuti). Todo esto
mientras los investigadores iluminaban las manos
del médium. En más de una oportunidad las
materializaciones fueron hojas verdes o monedas
antiguas. El mediumismo del romano abría una
puerta dimensional hacia un mundo desconocido y
desconcertante para todos.
De
todas maneras, a pesar de lo espectacular de esta
fenomenología colateral, los testimonios de la
escritura sicográfica como la de las casetes que
se pudieron comprobar con la letra y la voz en
vida del Dr. Gastote de Boni, resultan largamente
lo más increíble y esperanzador para el estudio de
la vida más allá de la muerte. Tanto más cuanto
que, cada sesión se protocolizó seria y
responsablemente entre gente de solvencia moral
intachable. Lina Brady satisfizo gratamente su
duda existencial. |